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El peor movimiento en la historia del beisbol mexicano

Por Fernando Ballesteros

Varios clubes del beisbol mexicano han hecho cambios de peloteros por los cuales después se han arrepentido, pero ninguno tan increíble como el de los Yaquis de Ciudad Obregón en octubre de 1960.

Y resulta que ni siquiera fue un cambio. ¡Los Yaquis «regalaron» a Héctor Espino a los Naranjeros de Hermosillo!

Durante mucho tiempo se manejó que siendo un novato de 21 años, Espino se bajó ingenuamente de un autobús en Ciudad Obregón y en lugar de seguirse de frente a Hermosillo –por la supuesta firma con Mauro Contreras en una servilleta–, terminó debutando con los Yaquis en la LMP antes de que lo reclamaran los Naranjeros a la Liga.

Sin embargo, el gran historiador de la LMP, Alfonso Araujo Bojórquez, publicó en uno de sus libros la versión que le dio quien fuera uno de los socios y Presidente del Club Yaquis en esa época, Oscar Liogon.

Resulta que su hermano Germán Liogon jugaba en la Liga Central y vio jugar a Espino para San Luis Potosí (1960), donde conectó 20 jonrones con 60 empujadas en su debut profesional y así fue recomendado a Óscar Liogon, con quien cerró el compromiso de reportar a los Yaquis con un contrato de 750 pesos mensuales.

En ese entonces era la Liga Invernal de Sonora –hoy LMP– y participaban solo cuatro equipos.

Héctor Espino debutó con un jonrón para los Yaquis el 23 de octubre en el segundo juego de una doble cartelera contra Guaymas, mientras Hermosillo perdió sus primeros tres juegos en Empalme.

De acuerdo a don Alfonso Araujo –el colega Gilberto Ruiz lo ratifica en una entrevista que le hizo hace dos semanas a Germán Liogon–, los Naranjeros pidieron ayuda a la Liga porque no tenían los jardineros suficientes para jugar la temporada y aprovecharon que el circuito se reuniría al lunes siguiente para plantear el tema.

El caso es que Empalme no quiso soltar a nadie; Guaymas solo puso disponible al también novato Andrés «El Avestruz» Rivera, mientras que los Yaquis, aún no convencidos del gran talento de Espino, lo ofrecieron para ayudar a los Naranjeros, quienes en primera instancia no lo querían.

«Ellos buscaban un pelotero ya más hecho como Roberto Vea o Francisco Luzanilla», nos comenta Ruiz Razo. «Pero Óscar Liogon les dejó en claro que ellos no y ‘si quieren, llévense al novato Espino’, les sugirió.

Total que Espino, quien al parecer no quería reportar a Hermosillo, terminó haciéndolo el 29 de octubre en una visita de los Yaquis a la capital sonorense.

ROLETAZOS:

*GUARDANDO TODA proporción, fue algo así como el canje de Babe Ruth de los Medias Rojas a los Yankees en diciembre de 1919, pero en este caso fue una venta de El Bambino por 100 mil dólares y en el de Espino se trató de un increíble regalo, sin saber que ese joven chihuahuense se convertiría en el más grande jonronero de la historia del beisbol mexicano.

*»EL NIÑO Asesino» terminó siendo el líder de bateo (.380) y jonrones (10), para llevar a los Naranjeros al primero de sus 16 campeonatos. Había nacido una estrella y una futura leyenda, tanto así que en octubre de 1972 –a sus 33 años de edad–, el club decidió ponerle su nombre al estadio en Hermosillo.

TWITTER: @purobeisbolfb

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