Por Gerardo Solís
NUEVO LAREDO, TAMAULIPAS._ A mediados de los 80’s fue un caballo del montículo en el beisbol mexicano.
Lanzador de todas la confianzas de Cananea Reyes y Paquín Estrada, el tamaulipeco hace una especie de presentación antes de iniciar la entrevista.
“Tengo 56 años y nací en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Mi madre, Bertha Hinojosa de Castillo y mi padre, Emilio Castillo Quinones. Somos 8 hermanos, cinco mujeres y tres varones. Viví en la Colonia Zaragoza y fui estudiante de la Secundaria # 2 y en la prepa ‘Louis Pauster’, muy cerca de la Unidad Benito Juárez”.
–¿Cómo te inicias en el beisbol?
“Conocí el beisbol jugando con mis amigos en la cuadra, pero por primera vez lo jugué en la Liga Pequeña Nuevo Laredo, después llamada Tamaulipeca. Era apenas un chamaco de 7 años y se batallaba con el campo porque no tenía ni barda, era solo un listón amarillo.
“Mi primer manager fue Don Roberto Reyna, ex tecolote y apache de Laredo, Texas. Fuimos a varios nacionales, pero recuerdo uno en especial cuando tenía 12 años en Monterrey, Nuevo León. Lancé juego Sin Hit Ni Carrera contra Jalisco….En la séptima entrada me conectaron una línea y el jardinero izquierdo Jose Antonio Velazquez hizo una atrapada para salvarme el juego.Luego me fui a la Liga Oriente para jugar en la categoria Juvenil y mi manager era Aaron ‘Curvas’ Cruz. Después pasé muy joven a la Liga Mayor de Beisbol a los 16 años, donde jugué con Mueblería Guerrero, Agencia Sergio Luján, Triángulo Rojo y Los Coyotes de la UAT”.
TRY OUT DE TECOLOTES EN 1979
Castillo tiene muy presente cómo fue que lo firmaron para jugar pelota de paga.
“En 1979 llegué con mi guante y con la ilusión de jugar para el equipo de mis sueños, Tecolotes. Mi posición era campo corto y se atravesó la huelga de la Liga Mexicana, pero me dieron seguimiento y en 1981 decidieron enviarme a la Academia de Pasteje.
“El destino me puso como pitcher porque al estar formado para presentarme con el director de la Academia, Ossie Álvarez, me pregunta ¿Posición? Le contesto ‘short stop y pitcher’, pero él me dice, ‘solo dígame una posición….Me quedé pensando y un poco nervioso dije: ‘Pitcher’.
“Estuve dos semanas y llegaron Jorge Calvo y Chito Rodríguez, quienes me cuestionaron muy enojados: ¿Por qué estás con los pitchers si tu eres campocorto? Así me quedé como pitcher y fue cuando saqué las experiencias con mis managers de la Liga Pequena, Roberto Reyna y Don Aaron Cruz. Me gradué junto con Matías Carrillo, Homar Rojas, Manuel ‘Pimienta’ Morales y muchos peloteros muy buenos”.
–¿Cuándo te checan para el beisbol de Estados Unidos?
“Yo tiraba alrededor de 91 millas con un buen control y llegaron Corito Varona y Mike Brito, quienes firmaron años atrás a Fernando Valenzuela. También estaban los Marineros de Seattle como parte de un convenio con Tecolotes y me reporté con ellos al Parque del Seguro Social en el D.F, donde los Marineros jugarían contra un combinado de Diablos y Tigres. Me recibió el manager Maury Wills que tenía como coach a Cananea Reye y el primer juego entré al relevo en la séptima entrada, la cual saqué en cero antes de irnos a Mérida para después viajar a Arizona a los entrenamientos. Tenía 19 años y llegué hasta Triple A”.
–¿En qué momento se te hace el sueño de jugar con los Tecolotes?
“En 1982 me reporté con Víctor Ramírez, manager dominicano. Tecos tenía un equipazo y no recibi mucha oportunidad, pero llegó mi primer victoria contra Chihuahua creo. Jesús ‘El Coco’ Solís fue mi compañero de cuarto y me pasó algo curioso….Víctor Ramírez me mete a correr a la segunda base, perdíamos por una carrera y se me hace fácil pretender robar la tercera, donde me ponen out. Termina el juego y miraba a Víctor con la camisa en su cara….Estaba bateando Miguel Ángel Negrón y me dice ‘no pasa nada, es mi culpa, yo te metí a correr, mañana sera otro día”.
SU ÉXITO EN LA LIGA MEXICANA DEL PACÍFICO
–¿Cómo es que llegas a los Tomateros de Culiacán en la temporada 1982-83?
“Hicimos práctica y comencé con el equipo grande, pero realmente eran puros pitcherazos como Vicente Huevo Romo, Miguel Solís, Salome Barojas….Me mandaron a la sucursal de Acaponeta y el manger era Jorge Calvo, viejo conocido en Tecos.
“Culiacan fue campeón y como estuve parte de la temporada me mandaron el anillo. La oportunidad llegó en la siguiente temporada, cuando se lesiona Miguel Solis y entonces el manager Paquín Estrada me da la oportunidad como abridor contra Ciudad Obregón. Fue mi primer juego ganado y además él fue mi catcher. La temporada siguió su rumbo y llegamos a la Serie Final. El séptimo juego comienza lanzando Vicente Romo por nosotros en Mexicali, pero sale en la segunda entrada y deja el juego perdiendo 3-1. Entré al relevo y tiro siete entradas sin carreras…..¡Ganamos y fuimos campeones!
–Luego llegó tu gran oportunidad en la Serie del Caribe de 1985.
“Fue en Mazatlan y Paquín me dice tirarás el tercer juego. Eso fue inolvidable porque tiré blanqueda contra Tigres de Licey, lo cual me sirvió para estar en el Equipo Ideal. Fue un sueño para mi y los buscadores y la gente sabían que ese joven Luis Trinidad Castillo era visto por varios equipos de ligas Mayores.
“Ese mismo invierno recuerdo que estaba tirando un juego Sin Hit Ni Carrera contra Mazatlan en su casa; tenía a Genaro Rodríguez en 2-2 y me dice Paquín Estrada como catcher ‘vamos a tirar una pitcheada afuera de desperdicio’, pero Genaro le aventó el bate y sacó un fly en medio del segunda base y campo corto. Cosas de la vida porque al siguiente bateador lo dominé con rola”.
OTRA SERIE DEL CARIBE
Culiacán y Mexicali volvieron a pelear la siguiente final en 1986, pero esa fue ganada por Águilas.
“Me tocó tirar un gran séptimo juego, pero ellos nos ganaron y Cananea Reyes me invita como refuerzo a Maracaibo, Venezuela. Me dijo ‘Trino’, vienes con nosotros’. Y me dio la bola, aunque perdí contra Puerto Rico. Nos coronamos campeones de la Serie del Caribe con un squeazeplay de Nelson Barrera que fue inolvidable. También estaba Alejandro Ortiz y eso fue una gran experiencia.
El paso por La Liga de la Costa me dejó buenos recuerdos de Culiacán, tenía grandes amigos como Nelson Barrera, Ray Torres, Adulfo Camacho y Paquín Estrada. El Chino Ley cuidaba a sus peloteros y nos exigía, pero respondia a la mera hora”.
Esas grandes actuaciones le permitieron a Castillo tener otra oportunidad en EU.
“Me firmaron los Cerveceros de Milwaukee. El buscador de ellos era el señor Lee Sigman y llego a Stockton para jugar en Doble A. Jugaba con Gary Sheffield y yo llevaba tres ganados, luego nos subieron a Triple A, donde tuve mi primera lesión y no pude llegar a Ligas Mayores. Regresé a casa, descansé y volví con Tecolotes ya como abridor….Paso a paso fui tirando mejor”.
ZACATILLO GUERRERO
El ex lanzador derecho había regresado a casa para triunfar.
“Jugar con Zacatillo Guerrero era jugar con mentalidad positiva y teníamos que estar unidos. Después de ganarle a los Saraperos llega Yucatán a disputar la Serie Final de 1989. Yo perdí el primer juego, pero nos repusimos y llegamos con ventaja de nuevo a nuestro parque. Era el juego número 6 de la Serie Final y llegaba descansado con el pensamiento de ser campeón, realmente estaba bien concentrado con la ventaja del jonrón con casa llena de Farmar que nos puso con media corona.
“Me sorprendí cuando mire que Pity Abrego sería mi catcher. Aunque éramos amigos casi no me catcheaba y otra sorpresa fue también que Zacatillo puso a Jorge Luis Loredo en el orden al bate, pero yo a lo mío. Poco a poco me fui acercando a la última entrada ya con Gerardo Garza como receptor y me faltaba un out. Se presentaba mi amigo Miguel Ángel Castelán a batear y después de varios fouls lo poncho….¡Fue la locura, fuimos campeones!.
“Ese juego se lo dediqué ami madre y a la afición de ambos Laredos. Tardamos dos horas para poder salir de nuestros vestidores y me retire caminando por la calle Porfirio Díaz hacia mi casa….Era una fiesta, la cuadra de Diaz Mirón está totalmente cerrada y todos celebrando en mi casa. Recuerdo que intercambiamos camisetas Castelán y un servidor….La fiesta terminó hasta el otro día”.
SU CAMBIO A LOS ACEREROS
Castillo fue cambiado dos años después a los Acereros de Monclova, donde terminó su carrera.
“Después de una operación en el brazo de lanzar que me realizó el doctor Nabor Ramírez y yo la pagué, jamás volví a ser el mismo. Llegué con el manager Joel Serna y me mantuve contra viento y marea por tres temporadas hasta que decidí retirarme de Liga Mexicana y del beisbol a los 34 años. Fue muy triste, los amigos los contaba con los dedos de mi mano derecha y entré en una depresión muy fuerte que gracias a Dios salí con la ayuda de mi esposa María Rugbi Guajardo.
“Jamas volví a un campo de juego y hoy vivo feliz con mis hijos en Mission, Texas. Tengo 4 mujeres y un varón….Alicia la mayor, Licey que lleva ese nombre del equipo de Dominicana al que le gané en la Serie del Caribe; Andrea, Mia y Luis Trinidad, quien juega beisbol y su posición es campocorto, pero eligió el estudio. Mi suegro Arturo Guajardo jugó en Liga Mexicana con el equipo Comitras….El Colorado Guajardo, mis cuñados jugaron con Tigres Del Mexico y Tecolotes”.
Castillo finalizó enviando un mensaje:
“Gracias a las dos mejores aficiones del beisbol, la de Culiacan y ambos Laredos. Apoyemos a los Tecolotes en la actualidad y a su manager Pablo Ortega….¡Que viva el beisbol!