Redacción/Puro Beisbol
A sus 16 años de edad, D’Angelo Ortiz sueña en grande.
Tan grande como su padre, la leyenda viviente David Ortiz.
“Beisbolista”, señala D’Angelo cuando se le pregunta que profesión le gustaría tener, a un año de graduarse en una preparatoria del sur de Florida. “Tengo que seguir trabajando, pero es eso, pelotero. Eso es todo”, añadió a ESPN.
El hijo, quien mide 6 pies y pesa casi 200 libras, dice que ama la adrenalina del beisbol.
“Poder tenerlo como un recurso es increíble. Nunca voy a usar eso como una excusa. A mi me encanta la presión, esas mariposas en el estómago y me encanta que la gente no espera que yo vaya a seguir sus pasos y luego poder meterme yo por ese mismo camino. Es algo que me encanta”.
Ortiz juega la primera base y disfruta mucho el juego, como lo hiciera la super estrella de los Medias Rojas de Boston.
“Yo siento que pararme en un terreno de pelota es una bendición. Hay niños en el hospital ahora mismo. Niños pasando por muchas cosas. Poder jugar béisbol — ganes, pierdas, te vayas de 4-0 o de 4-0 — el sólo hecho de estar en el terreno, es algo increíble”.
D’Angelo será elegible para ser drafteado el próximo año en las Grandes Ligas.
“Esa es mi única meta”, dijo D’Angelo sobre la idea de ser tomado en el draft del 2022. “Básicamente, es algo que cada mañana cuando me levanto, lo hago pensando en ese día en el que llegue al béisbol profesional”.