CHARLANDO DE BEISBOL

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Por Rodrigo ROBLES / @rodrigoroblesb

Vicente Palacios

Veracruz, Ver., MÉXICO. – “Si quieres dedicarte al beisbol como profesión para vivir, es indispensable tener siempre un niño en tu interior», ROY CAMPANELLA. –

** CUADRAGÉSIMO QUINTO MEXICANO EN MLB. – Nació en el poblado de Mata Loma, en el municipio de Manlio Fabio Altamirano, Veracruz un 19 de julio de 1963.

Como en su pueblo no se practicaba el beisbol, tuvo que trasladarse a comunidades cercanas para jugar beisbol infantil.

Cuando se fue a estudiar al puerto de Veracruz, incursionó en una liga de primera fuerza, y así, cuando contaba con 17 años de edad, fue firmado por la directiva de los Rojos del Águila, debutando en la Liga Mexicana dos años después en 1983.

Su primera campaña en la LMB fue apoteósica, al ganar 12 juegos y perder 6, con 2.61 de efectividad abriendo los 22 juegos en los que participó, completando 10, con tres blanqueadas. Para algunos periodistas especializados debió ser considerado Novato del Año, distinción que le ganó el chihuahuense Ramón Serna de los Indios de Ciudad Juárez, que tuvo dos triunfos y una blanqueada más que el veracruzano.

En 1984 no fue un año tan favorable como el primero, pero llamó la atención de buscadores de los Medias Blancas de Chicago que lo contrataron al terminar la temporada de la LMB y lo enviaron a Glens Falls en la Liga Oriental, Nivel Clase Doble A. Sucedió lo mismo en 1985, después de su compromiso en la Liga Mexicana regresó a Glens Falls, con la única diferencia que militó con los Diablos Rojos del México.

Regresó a los Rojos del Águila en 1986, con marca de 5-14 en ganados y perdidos, 4.41 de efectividad, aperturando 20 de los 23 juegos en los que participó, completando 11, con dos blanqueadas, pero los Medias Blancas lo dejaron en libertad.

Palacios Díaz regresó reportó al beisbol invernal con los Águilas de Mexicali para la temporada 1986-87, con quienes tuvo récord de 10 éxitos por dos descalabros, liderando la liga en efectividad de 2.31 y ponches con 109, laboró 117 entradas. La prestigiosa revista Baseball America lo nombró Jugador del Año de la Ligas Invernales.

Después de esa invernal actuación, los Piratas de Pittsburgh lo firmaron el cuatro de diciembre de 1986, canalizando en 1987 a los Canadienses de Vancouver, con quienes tuvo una aceptable campaña de 13-5 en ganados y perdidos y 2.58 PCLA, además de 148 ponches, además de ser el líder del circuito con cinco blanqueadas, ganándose el llamado al primer equipo, haciendo su debut como relevista el viernes cuatro de septiembre de 1987 en el Astrodome de Houston frente a los Astros.

En los siguientes años alternó entre los Bisontes de Buffalo, de la American Association, Clase Doble A y el primer equipo. En 1990, el veracruzano tuvo con Buffalo marca de 13-7 y efectividad de 3.43 y 137 ponches.

En 1991 fue su mejor campaña ligamayorista con los Piratas, ganó seis y perdió tres, con 3.75 de carreras limpias, participó en 36 juegos y ponchó a 64 rivales.

Retornó a la Liga Mexicana en 1993, militó media temporada con los Leones de Yucatán y la otra mitad con los Rieleros de Aguascalientes, sin embargo el 23 de diciembre de 1993 fue firmado por los Cardenales de San Luis, regresando al «Big Show» para la campaña de 1994.

El día de su cumpleaños 31, es decir, el 19 de julio de 1994, el entonces manager Joe Torre, que por cierto cumple años un día antes (18 de julio) le dio la pelota para enfrentar a los Astros de Houston y terminó lanzando pelota de un imparable. Es uno de tres pitchers que han tirado un juego de un hit el mismo día de su cumpleaños.

En 1996 regresó a la Liga Mexicana con Aguascalientes, a la siguiente temporada fue cambiado a los Sultanes de Monterrey, con quienes militó dos campañas, finalmente para 1999 llegó a los Broncos de Reynosa.

El 30 de julio de 1999 firmó un contrato de Ligas Menores con los Mets de Nueva York, antes había hecho entrenamientos de primavera con los Azulejos de Toronto. Los Mets lo canalizaron con los Norfolk Tides de la Liga Internacional, clase Triple A, pero después de siete juegos lo dejaron en libertad y entonces firmó con los Padres de San Diego en en diciembre de ese año.

Su último juego de Grandes Ligas fue memorable porque compartió el diamante con otros peloteros mexicanos, sucedió un 11 de mayo de 2000 en Cinergy Field de Cincinnati, participaron en ese juego por los Padres, a parte de Vicente, Rodrigo López, a quien relevó, por los Rojos Juan Gabriel Castro fue el parador en corto titular, más los relevistas Dennys Reyes y Elmer Dessens.

Se retiró en México pitcheando para Saltillo, Campeche, Dos Laredos y Tijuana en 2004.

«Y en ese momento, juro que fuimos infinitos», STEPHEN CHBOSKY en Las ventajas de ser invisible. –

rodrigoroblesbrena@gmail.com

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