CHARLANDO DE BEISBOL

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Por Rodrigo ROBLES / @rodrigoroblesb

Alfonso Pulido Manzo

Veracruz, Ver., MÉXICO. – “Mi sensación es que cuando estás dirigiendo un equipo de beisbol, debes elegir a las personas adecuadas para jugar y luego rezar mucho», ROBIN ROBERTS. –

** CUADRAGÉSIMO TERCER MEXICANO EN MLB. – El zurdo vio la luz primera en la ciudad de Tierra Blanca, Veracruz el 23 de enero de 1957.

Desde temprano comenzó a jugar beisbol en las ligas infantiles y se destacó por tener un brazo fuerte, por lo que fue visoreado por buscadores de los Cafeteros de Córdoba, con quienes debutó a los 21 años en la Liga Mexicana.

En ese año de su debut, en 1978, participó en cinco juegos, el manager dominicano Winston Llenas le dio la oportunidad de abrir un juego, mismo que ganó y además lo lanzó completo, en lo que fue una gran proeza para el novel serpentinero.

A parte de ese memorable juego, ganó uno más en relevo, por lo que su récord de ganados y perdidos fue de 2-0 con un microscopio 0.75. con una relación extraordinaria de 10 ponches y dos bases por bolas.

Al año siguiente regresó con la intención de recibir más oportunidades, y Llenas le dio la pelota para aperturar un total de cinco juegos de los 20 en los que participó, su marca fue positiva con 3 victorias y 2 derrotas, con 4.21 de efectividad.

Para 1980 los Cafeteros se convirtieron en los Broncos de Reynosa, que de esa manera tendrían su segunda etapa en el circuito veraniego. El estratega siguió siendo el quisqueyano Winston Llenas que seguía confiando en el brazo zurdo de Pulido.

Antes de que estallara la huelga, Alfonso llevaba récord de 9 éxitos y seis descalabros, con 3.55 de porcentaje de carreras limpias admitidas. Reynosa fue uno de los seis equipos que continuaron con una temporada extraordinaria, no obstante que culminó con marca de 3-4, seis juegos y completo dos de ellos.

Para 1981 la familia Mansur vendió a los Broncos y compró a los Diablos Rojos del México, Chara y su hijo Roberto se llevaron como manager a Winston Llenas y éste a su vez a Alfonso Pulido, quien en esa campaña completó siete de los 17 juegos que abrió.

Quiso el destino que la Serie Final la disputaran los Diablos Rojos contra los Broncos, dicha confrontación es la única en la historia de la liga que ningún equipo ganó en casa, los «Escarlatas» consiguieron su séptimo campeonato en siete juegos.

Lo mejor de la carrera beisbolistica apenas vendría para Pulido, quien en 1982 ganó 8 y perdió la misma cantidad, con una efectividad de 2.41, que hizo que los buscadores de los Piratas de Pittsburgh le comenzaran a darle seguimiento.

Su año del repunte fue en 1983 donde ganó 17 juegos, con una microscópica efectividad de 2.02. Completó 15 de los 23 juegos que abrió. Todavía lanzó tres juegos

en el round robin de postemporada y Pittsburgh ofertó por él.

Finalmente compraron su contrato al México y debutó en Grandes Ligas el 5 de septiembre en un doble juego en Busch Stadium frente a los Cardenales de San Luis, aunque solo trabajó dos entradas, permitió tres carreras, dos de ellas limpias, con cuatro hits, dos de ellos fueron jonrones. El juego se decidió en extrainnings a favor de San Luis 7 a 6.

La temporada de 1984 militó con los Hawaii Islanders de la Liga de Costa del Pacífico, Clase Triple A con quienes ganó 18 juegos y perdió solo 6, con 2.54 de efectividad. Los ascendieron al primer equipo, pero igual que la campaña pasada, solo le dieron la oportunidad en un juego.

El 20 de diciembre de 1984 fue cambiado a los Yanquis de Nueva York y en 1985 fue enviado a los Clippers de Columbus de la International League, Clase Triple A, donde tuvo marca de 11-8 y 3.39 de efectividad. Para 1985 regresó a Columbus y después de participar en 23 juegos, 10 de ellos como abridor, fue llamado al equipo grande de los «Mulos» en junio.

Los Yanquis desactivaron al famoso Tommy John para darle cupo en el roster a Pulido, donde logró lanzar en 10 compromisos, ganando un juego y perdiendo otro, con efectividad de 4.70. su último juego de Ligas Mayores se presentó el primero de septiembre contra los Atléticos de Oakland en los que solamente sacó dos tercios, concedió una carrera con cuatro imparables.

Volvió a Columbus para militar con ellos toda la campaña de 1987, en 34 desafíos ganó nueve y perdió cinco. En 1988 regresó a la Liga Mexicana con los Diablos Rojos, para 1991 fue cambiado a los Saraperos de Saltillo, en el 93 pasó a los Rojos del Águila de Veracruz y se retiró con los Industriales de Monterrey en 1994.

«Algunos caminos lo tienes que recorrer solo», SUZANNE COLLINS en Los juegos del hambre.

rodrigoroblesbrena@gmail.com

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